Una persona autista se suele aislar del resto del mundo porque no es capaz de filtrar todos los estímulos que recibe de su entorno. Incluso si no sufres de esa sobrecarga de información, el día a día te puede superar. Cuando más información tenemos que procesar, más agobiados nos sentimos.
Prueba cerrando tus ojos de vez en cuando para lograr mayor claridad. El día a día nos mata y el círculo vicioso de “dormir y trabajar” no te deja escapar.
Para, reflexiona y adapta. No corras sin sentido si no conoces tu destino.