El tiempo vale oro. No lo malgastes. Planificar el día con bloques de 30 minutos con 12-24 horas ayuda a no perder control de todos los temas pendientes.
El “no” se convierte en obligación. Cuando has dicho demasiadas veces seguidas “si” el “no” ya no es opcional. Tienes que cortar el rollo y centrarte en lo que tienes delante. El compromiso con las cosas que tienes es más importante que todas las nuevas oportunidades que se te presentan.
Cada día es un reto. Mi filosofía es la de paso a paso. Esto lo aplico a mi día a día. Voy de tarea a tarea y de reunión a reunión. Acabo los días totalmente agotado pero es una sensación agradable.
Necesito estar a tope. En días que tengo otro tipo de obligaciones y estoy trabajando menos tengo la sensación que no ha sido un día productivo. Sacar faena me hace feliz. Tengo la necesidad de sentir que he batido una vez más el reto que se me ha presentado. Es lo que me llena. Un cierto nivel de estrés forma parte de mi bienestar.
Esto son mis lecciones. Seguimos.