La vida es como una balanza. Al final todo tiene que estar en equilibrio. Sobre todo en las relaciones entre personas.
Para que haya un equilibrio ambas partes tienen que sacar tanto como invierten. En otro caso la relación únicamente tendrá una corta duración y/o está desequilibrada.
Al final lo importante es dejar respirar. No pensar únicamente en el propio beneficio sino ser consciente que a largo plazo la relación vale más que un mejor trato que se consigue en el momento.
Muchas personas no son conscientes de esto:
Cuando negocias, no aprietes demasiado.
Cuando tienes una discusión, cede un poco aunque no te apetezca.
Cuando no se lo esperan, haz algo bonito.
Deja respirar sobre todo. Las relaciones son como el oxígeno. No las puedes encerrar sin que se escapen o apesten tarde o temprano.
Foto de Fotolia | @Floydine