Algunas cosas en la vida empiezan a tener más sentido cuando les das un nombre. Somos seres humanos del siglo 21. Necesitamos un orden y estructura en la vida. Buscamos categorías y etiquetas más allá del mundo de los blogs para entender quienes somos y hacia dónde vamos.
Persona que han impulsa esta tendencia han sido Tim Ferris con “The 4-Hour Workweek” y David Allen con “Getting Things Done” (enlaces de afiliación). Estos 2 bestsellers combinan 2 elementos esenciales del Life Hacking. Ser más productivo para vivir mejor.
Mi interpretación del Life Hacking: vivir al máximo sin desperdiciar el tiempo
Algo parecido me ha ocurrido con el término y concepto del Lifehacker. Pertenezco a una generación que quiere todo sin sacrificar nada. Por una parte está el grupo que no hace nada y que culpa a terceros por lo no lograr sus sueños.
Por otra parte está el que pone sudor, sangre y lagrimas para recorrer a diario el camino de la felicidad. Me gusta pensar que formo parte del segundo grupo.
Lifehacking resume de manera sencilla mi estilo de vida. Vivir al máximo sin tener que sacrificar nada (o digamos que muy poco). Más que una serie de trucos para hacer cosas cotidianas de forma más productiva (tal como lo define la Wikipedia), lo interpreto como una filosofía de vida.
¿Es posible compaginar familia, hacer deporte, montar empresas y ser feliz? La respuesta es claramente “sí”. No tener que sacrificar nada no significa que no tengas que ser sacrificado.
Mis pilares del Life Hacking
Cuando surgen este tipo de buzz words es normal que también surjan aquellos que lo critican. Lo que pasa es si entiendes Life Hacking como trabajar más y vivir menos estás haciendo algo mal. Se trata de vivir al máximo. Esto son mis pilares.
Invertir tiempo para ganar tiempo
Ser más productivo requiere un tiempo de aprendizaje. Hay que detectar donde estamos malgastando el recurso más valioso que tenemos para poder ahorrarlo una vez realizada la optimización. Esto puede consistir en algo tan sencillo como anotar las tareas diarias que realizamos y el tiempo que invertimos en cada una de ellas.
En un ámbito profesional se pierde mucho tiempo en reuniones. Otro factor importante son las interrupciones por parte de compañeros. Para retomar la tarea se requiere más tiempo que si la hubieras podido haber realizado del tirón.
En un empresa que visité hace poco han creado la regla del chaleco. Cuando lo llevas puesto tus compañeros no te pueden preguntar nada para que puedas trabajar de forma más concentrada.
Cero procrastinación y tiempo para el descanso
Uno de mis pilares del Life Hacking es que no puede haber procrastinación. O se trabajo o se descansa pero no se pueden mezclar ambos conceptos. Se pierde mucho tiempo realizando tareas a medio gas porque no te apetecen, no eres capaz de concentrarte o cualquier otra cosa.
En ese caso mi primera opción sería cambiar de tarea. Si esto no mejora la situación en ocasiones una pausa de 10 minutos donde bajo al bar para pillar un café puede cambiar mi suerte.
En algunas ocasiones (aunque no me ha ocurrido con frecuencia) me he ido antes a casa para hacer deporte o hacer otra cosa que no tiene nada que ver con el trabajo. Life Hacking no significa que no hay tiempo de descanso (todo lo contrario de hecho) sino que se hace una cosa o se hace la otra al 100%. Ir a medio gas ni te aporta relajación, ni finalizar tareas de forma productiva.
Buscar sinergias en todas las actividades
¿Puedes invertir tiempo para una cosa y estar haciendo otra? Se puede, sin duda. Puedes salir a correr o pasear y mientras tanto escuchar un audiolibro, un podcast o simplemente música.
Además cada hora que inviertes en deporte te ahorra algunos minutos en tus tareas diarias porque te ayuda estar más concentrado. Lo mismo te aporta una buena alimentación y dormir el mínimo que tu cuerpo necesita.
Las sinergias pueden ir más allá. Llevo muchos proyectos en paralelo pero todos están conectados de alguna forma. Es la principal razón por lo que puedo realmente llevarlos a cabo. Tengo otra regla de oro. Cuando estoy en horario de trabajo no puede haber tiempos muertos. Para mí esto significa sacar provecho de tiempos de espera o de viaje. Otra cosa es cuando estoy descansado. Eso en cambio no son “tiempos muertos” sino “tiempos de recarga”.
Adquirir nuevos hábitos y fortalecer los existentes
Salir de la zona de confort es lo que a la mayoría de las personas les cuesta. A largo de la vida muchos incluso retroceden. En vez de ampliar ese espacio se ve reducido. Por lo tanto no es únicamente importante obtener nuevos hábitos sino también mantener los existentes.
El problema de muchos de nosotros es que empezamos con mucha ilusión nuevos proyectos pero no llegábamos a acabar ninguno. Es más “sexy” empezar que mantener o fortalecer. Muchos subestiman el gran valor que puede llegar a tener el hecho de cuidar un hábito durante años o incluso décadas. Te ayuda a superar otros obstáculos que en comparación siempre van a parecer pequeños. Antes de empezar algo nuevo, piensa si te queda todavía algo por acabar o retomar.
Ya es cuestión de tiempo para que cada vez más blogs empiecen a hablar del tema Life Hacking. En Zenguerrilla tocaremos sin duda este tema de forma frecuente.
Sí, me has entendido bien. Esta vez no he dicho “tocaremos” para sonar más grande de lo que soy. Este blog será un proyecto donde tendré apoyo de colaboradores. Tengo la suerte de contar con un gigante como lo es Marcos Martinez (aunque él no sea consciente de ello). Aquí puedes leer su primer post en este blog. Seguramente en un futuro se unirán más personas al proyecto.
Este blog no pretende ponerte las cosas fáciles. Soy el primero que quiere dar buen ejemplo aunque no será siempre fácil.
¿Listo para vivir tu vida al máximo?
Foto de Fotolia | @lassedesignen
4 Comentarios
Hola Carlos,
Muy buen post, sin duda has sabido reflejar la filosofía de vida que muchos seguimos día tras día. Por suerte, el life hacking ha avanzado mucho desde que hace un par de años leí La semana laboral de 4 horas. Aunque seguimos siendo una minoría los que aplicamos esta filosofía de vida, la comunidad cada vez aumenta más y más.
A mí me gusta pensar que las personas tienen todavía un concepto muy erróneo sobre la productividad. Y esto es algo que va a ser difícil de cambiar. Con esto me estoy refiriendo a que aún se considera productivo a la persona que se pasa 12 horas en la oficina, de las cuáles la mitad las pasa en redes sociales, que a la persona que trabaja 6 horas pero es capaz de realizar su trabajo de forma implacable. Es decir, todavía muchas empresas valoran la productividad como volumen de horas y no como calidad del trabajo, y esto es algo que lastra el avance del concepto de life hacking.
Espero que, con el paso del tiempo, esta visión comience a cambiar y surjan nuevos hábitos personales y laborales que se acerquen más a la filosofía del life hacking.
«Pertenezco a una generación que quiere todo sin sacrificar nada». Mi generación, de unos pocos años menos, es aún más crítica con lo que es sacrificar algo.
Para ellos, apagar la tele tras cuatro horas de visionado es un sacrificio de su tiempo. Bajo esta mentalidad, el life hacking no solo es una filosofía: es una cura.
Yo aplico los conceptos que menciona Carlos: o 0 o 100%, pero sin medias tintas. Los griegos (antes de ser griegos) confiaban al «arete» su comportamiento, y lo hacían todo como si fuese la última vez.
Creo has dicho una cosa importante Marcos. O todo o nada pero hacerlo de manera consciente. Intentarlo ya es una excusa para no lograrlo.
Me encanta este concepto. Creo que dejar de hacer las cosas al 100% tiene mucho que ver con la pasión con lo que lo haces. Hay alguna «regla» del inversor por allí suelta que dice que si el CEO del proyecto no tiene la startup entre una de sus 3 prioridades en la vida, mejor no invertir en ella. Yo creo que cada cual puede tener las prioridades que necesite para ser feliz, todas ellas posicionadas a la misma altura. Con la misma intensidad y con la misma pasión. Al final, vivir la vida se trata de eso ¿no?
Genial blog me apunto a seguirlo.
Un saludo Carlos.