Ahora que son pequeños se dejan influir demasiado fácil. Se creen lo que dicen los demás. Las palabras son muy potentes. Para bien y para mal.
Aunque parezca una tontería no quiero que se hagan daño ellos mismo. Con lo que hacen pero tampoco con lo que dicen. Al principio es una palabra y luego es una creencia. Cuando sean mayores necesitan confiar en sí mismo.
Tú debes hacer lo mismo. Lo que dices y lo que piensas influye tu bienestar. Puedes hacer mucho más de lo que piensas. Eres más fuerte de lo que crees. Que nadie te haga creer lo contrario aunque seas tú mismo al principio.
Foto de Adobe Stock | @chris74