Un nuevo traje para la boda de mi hermano. Es lo que se me pasó por la cabeza el otro día.
La pregunta es. “¿Realmente lo necesito?”. Sin duda la respuesta es no.
Menos cosas son más felicidad. Al menos para mi. Menos ruido. Menos cosas que puedan pillar polvo. Menos dinero gastado que no tienes que ingresar con trabajo que no te gusta.
Es sencillo.