Ser optimista me ayuda en mí día a día. Te aporta confianza para tener la tranquilidad de encontrar una solución mañana cuando hoy no tienes ni idea cómo lo vas a hacer.
Ser 100% optimista es arriesgado porque puedes convertirte fácilmente en un iluso. “Todo irá bien”. No, te aseguro que no. Si no empiezas a mover el culo todo seguirá mal y peor.
Ser optimista de forma realista es muy sencillo. Es desarrollar un autoestima suficientemente elevado para saber que me si pongo a currar como un obsesionado esto sale sí o sí. Pensar que todo saldrá bien no es suficiente. Cerrar los ojos a la realidad no ayuda sino todo lo contrario. Hay que atacar los problemas con los ojos bien abiertos.
Foto de Adobe Stock | @Elena Schweitzer