Cuando tenía alrededor de 18 años me preguntaron lo que para mí era éxito. No recuerdo muy bien cómo acabe en esa habitación donde me enseñaron un vídeo para captarme como comercial de productos financieros. Se contó la historia de los mejores vendedores y todo lo que han podido ganar gracias al “éxito” que tenían.
Antes de leer todo el post mírate los vídeos que he puesto en esta entrada.
Muchas personas tenemos un defecto que puede ser una virtud al mismo tiempo. Siempre aspiramos a más, no nos conformamos nunca con un estatus quo. Esa sensación continúa de no haber llegado todavía genera una especie de vacío. En ocasiones esa percepción propia puede ser equivocada. Échale un vistazo a este vídeo.
Puede que esté dentro de nuestra educación. Cuando somos pequeños no tenemos que tener éxito. No es una preocupación. De hecho ni sabemos lo que significa la palabra. Un niño no se preocupa. Está triste o es feliz pero pocas veces anticipa cosas inciertas que igual pueden ocurrir en un futuro cercano o lejano. Ellos definen éxito como una emoción. No te pierdas el vídeo.
Ya no era un niño pero cuando tenía 18 años ya tenía claro que tener éxito es tener gente cerca de ti a los que les importas. Ser feliz es lo más grande que puedes alcanzar en la vida. Muchos desesperan porque no saben que no es un fin sino más bien un camino. No existe ningún evento que te aporte la felicidad eterna. Tendrás que luchar por ello todos los días.
No te rindas que lo bueno siempre cuesta.