Hoy he recibido un mail de mi gestor de banco. Se va a cambiar de sucursal por lo que me van a asignar una persona nueva. Es la peor noticia del día. La verdad es que he estado muy a gusto con él. Ha dejado huella tanto en mí como en mi mujer probablemente sin haberlo buscado.
Y al final te das cuenta no hay que ser Madre Teresa o Ghandi para que las personas te aprecien. Son los pequeños gestos, es ser amable, cercano, cumplir con tus promesas, ser proactivo, etc.
Es darle un trato a alguien tal como te gustaría recibirlo también de los demás. Es todo el secreto. Igual el año que tenemos por delante es una buena oportunidad para empezar o seguir por ese camino.
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