No siempre las apariencias demuestran lo fuerte que puede ser una persona. El físico es una forma para expresarlo pero no la única y para nada la más potente.
Nuestro cuerpo es únicamente una estructura que ejecuta nuestras ordenes. Comunica constantemente con nosotros para que frenemos porque cualquier actividad consume energía. El cuerpo está programado para ahorrar lo máximo posible y todo lo que requiera recursos va en contra de ello. Hoy en día por suerte la mayoría de nosotros tiene asegurado una nutrición básica para proporcionar las energías necesarias.
En vez de quemar menos, muchos quieren quemar más para quitarse peso de encima hablando de forma literal. Para reprogramar nuestro cuerpo tenemos que empezar a ignorar lo que dice nuestro cuerpo entrenando el músculo más fuerte: nuestra mente.
Cuando piensas que estás al límite y sin fuerzas hay maneras de seguir adelante. Son los pequeños pasos y los pensamientos negativos. Hay que ignorar todos los mensajes negativos que nos autoenviamos y proyectarnos en un futuro más positivo.
Tenemos que ser conscientes de la capacidad y fuerza para construirlo. Muchas cosas dependen de nosotros por lo que en vez de rendirse hay que mover el culo a pesar de tener una previsión pésima. Aunque llueva puedes salir a la calle. Llegará un momento, tarde o temprano donde volverá el sol.
El dolor se supera únicamente avanzando, pensando en lo que le hace a uno feliz, en los seres queridos, en un futuro mejor. Las personas que son capaces de realizar deportes de ultradistancias donde se recorren cientos de kilómetros en bicicleta, corriendo o incluso nadando tienen esa capacidad.
No perciben el total del recorrido sino se marcan muy pequeños hitos que pueden ser 10-15 minutos corriendo o 5-10 kilómetros en bici. Cada vez que lo alcanzan lo repiten. Se imaginan que al final de cada pequeño trayecto les espera un ser querido. Esto les da fuerza de seguir avanzando. Con estos pequeños pasos alcanzan una meta que es inimaginable para la mayoría de nosotros.
Más sus piernas o brazos han entrenado su mente para no obedecer al cuerpo. Han desarrollado el músculo más fuerte del ser humano a un nivel impensable. Cuando estés cansado, puede que no lo estés (tanto). Igual tienes margen para avanzar un pelín más.
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