Productividad ante todo. En ocasiones me vuelvo loco por exprimir hasta la última gota de tiempo que tengo. Me cuesta no estar haciendo cosas porque tengo miedo de no dar lo suficiente cada día.
Se acaba de pasar un amigo y le acabo de invitar a un café. Dentro de mi mundo es tiempo “desaprovechado” porque claro, no estoy trabajando. Puedo estar con mis amigos de forma relajada pero para eso ya tiene que haberse acabado el horario de trabajo.
Resulta que me ha comentado una idea que ha tenido. Encajaba a la perfección con un tema que tenía sin resolver. Por lo tanto desaprovechar ese tiempo tomando café me ha ayudado a solucionar un asunto pendiente. Aparte de eso he pasado un buen rato con un amigo. Está claro que productividad no lo es todo. Hay un límite y sobre todo cosas más importantes.
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