Hay una nueva moneda que reina el mundo que se llama tiempo. La gente no se da cuenta que no se puede recuperar a cambio de dinero. En cambio invierte lo que en realidad tiene más valor para acumular riquezas que no alargan la vida (muchas veces incluso la acortan).
Cómo en realidad no puedes multiplicar el tiempo, lo único que te queda es hacer uso del mismo de la mejor forma posible. Cuando te involucras en miles de proyectos personales y profesionales el tema gana en importancia.
El otro día vía una charla TED de Rory Vaden con la que me pude identificar. Su charla partía de la hipótesis que todos los métodos de gestión de tiempo partían de un principio equivocado. No sé quedo únicamente en criticar sino hizo una propuesta para hacer mejor uso de este activo valioso. Todo se basa en una forma más efectiva de realizar tareas.
Por experiencia propia sé que con el tiempo se pueden ir acumulando muchas líneas en una lista de tareas que nunca desaparecen. Es por ello que suelo repasarlas con frecuencia para tachar aquellas que no sean esenciales. Rory Vaden propone lo mismo. Antes de invertir tiempo en una tarea averigua si es absolutamente esencial.
El segundo paso es más complicado. Consiste en identificar terceros que puedan realizar la tarea liberándote de la misma. Si trabajas en una empresa y dispones de un equipo igual es más sencillo. Si eres amo/a de casa probablemente no podrás recurrir tanto a la delegación de tareas en otros.
Este punto sin duda es el más sorprendente que propone Vaden. Si no lo tienes del todo claro no deberías realizar la tarea en el momento. En ocasiones detectas que puedes eliminarla antes de pasar a la ejecución.
Pues eso. Cuando ya no queda otra hay que currar.
Al final no hay gran secreto de productividad. Al final siempre se resume en 2 frases.