Hay una cosa sencilla que te puede aportar mayor felicidad en la vida profesional y personal. Consiste en delegar. Pocos hacen uso de ella bien por qué no confían en que otros puedan hacer la labor igual de bien que ellos o bien porque no disponen de recursos para hacerlo.
A nivel personal podrías delegar la limpieza de tu casa en alguien. Esto no te sale gratis pero si te gusta tan poco limpiar como a mí, tener a alguien que se encarga de esta tarea te aporta una felicidad increíble. Está claro que esto tiene un coste.
En ocasiones se puede considerar como una inversión. Esta puede consistir en ser una persona más feliz porque puedes dedicar ese tiempo a hacer algo que realmente te gusta o trabajar en proyectos que te harán ganar más dinero.
El hecho de que no delegues nunca hace que estás encerrándote en un círculo vicioso del que difícilmente podrás escapar. Confiar tareas en terceros te abre una puerta de escape a un mundo que de repente te abre nuevas posibilidades.
La cuestión es cambiar el chip. En vez de pensar en limitaciones piensa en soluciones. Siempre existen. Lo que pasa es que hay que atreverse y hacer uso de ellas.
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