Eres de aquellos que quiere salvar el mundo. No puedes pasar de ningún perrito sin acariciarlo, siempre tienes alguna moneda para los necesitados y tus amigos saben que pueden contar contigo para la próxima mudanza.
Piensas que puedes con todo eso y con más. Eres una especie de Superman para todos aquellos que necesitan tu ayuda. Antes de tus propias necesidades siempre vienen las de los demás.
Siento que tenga que ser yo el que te lo diga pero te estás equivocando. Probablemente no te sepas apreciar lo suficiente. Piensas igual que los demás valen más que tú. Que no tienes el derecho de ser feliz si hay personas ahí fuera que no lo están.
Claramente sufres del Síndrome de Superman aunque en tu caso no tenga nada que ver con el ámbito profesional (suele atribuirse a aquellos jefes que no se fían de nadie y quieren hacerlo todo ellos mismos) sino más bien en un contexto personal.
Te lo diré de otra forma. No vas a salvar el mundo aunque con suerte lo mejorarás un pelín. “Con eso me conformo” pensarás pero te sigues equivocando.
Antes de los demás vienes tú. Y esto tiene una razón muy sencilla. Si tú no estás bien, no le podrás servir al 100% a los demás. Para apoyar se necesita una buena base y la inestabilidad hace que todo se venga para abajo. Si quieres ser un pilar, piensa en ti antes de estar ahí para cualquier otro.
Será entonces que podrás ayudar de la mejor manera a los demás. Si tú caes, probablemente muchos otros seguirán porque se apoyan en ti. Ser egoísta te ayudará a ser más social.
Ten esto en cuenta. Serás fuerte pero eres humano. Superman es el de los cuentos.
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