La gente nos mira con cara de pena y asombro cuando les contamos que tenemos 3 hijos. Cuando luego se enteran de que tienen 4 años, 2 años y 2 meses deben de pasarles cosas del tipo “esta gente no está en su sano juicio” por el gesto extraño que hacen con sus caras.
Muchos de mis amigos han sido padres recientemente por primera vez. Se sienten abrumados por la nueva situación. No todo era tan maravilloso como el resto del mundo les ha dado a entender. Se sienten engañados porque nadie les ha contado del todo lo duro que iba a ser.
Hay infinidad de cosas que ya no puedes hacer cuando tienes hijos y menos cuando todavía son pequeños. Aquí un pequeño extracto.
He hecho la lista corta dejando fuera algunos aspectos íntimos de parejas. Si eres mujer se añaden otros puntos. El cuerpo cambia sin marcha atrás.
Básicamente un niño impacta tu vida a fondo todas las necesidades básicas. Tu vida amorosa, el ocio, comer, dormir, el físico, etc. No descansas nunca, ni cuando duermes.
Esto es la cruda realidad. Por si alguien se está planteando tener hijos que sepa que esto es a lo que se está afrontando. Si cierro el post aquí seguramente se te habrían quitado las ganas. No te lo quiero pintar fácil, porque fácil no es.
¿Pero sabes lo que pasa? Te lo voy a contar.
Cuando vuelvo de trabajar a casa, meto la llave en la cerradura y ya escucho las voces de los peques que se acercan corriendo a la puerta “Papá, Papá, ha llegado Papá…” y me dan un abrazo cuando entran me olvido de lo poco que he dormido la noche anterior.
No siempre serán tan pequeños. En un momento dado dejarás de ser su héroe. Los hijos olvidarán pero mientras tanto yo seguiré disfrutando de mi “sufrimiento”.
Foto de Fotolia | @johnwilhelm