Sobre todo si buscas el éxito. A veces parece que para triunfar hay que pisar los demás. Hay muchos ejemplos de emprendedor cabrón que ha logrado sus sueños siendo la pesadilla de los que lo rodean (o rodeaban).
Cuando las cosas van bien se perdonan. Cuando las cosas van mal no tanto. Sea como sea el final vale más triunfar a pequeña escala pero con grandes amistades. No puede llover a gusto de todos, eso está claro pero tampoco hay que buscar lo contrario.
No todo vale.
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