Cada día es un reto. Cada día es exigente porque te lleva a terrenos desconocidos.
Al principio de cada día está la inseguridad de cómo acabarlo. Al final de cada día domina la felicidad de haberlo superado.
La única vía feliz que yo conozco es la que te hace sufrir como una montaña rusa. Sin sufrimiento no hay crecimiento. Cuando dejas de tener la sensación que estás creciendo dejas de sentir las ganas de levantarte por la mañana.
Es mi vía feliz. Igual no es la tuya.