Desde que me levanto todos los días a las 5.30 horas de la mañana tengo la sensación que realmente estoy avanzando. No es fácil, sobre todo los primeros minutos todo tu cuerpo te está prácticamente gritando para que vuelvas a echarte en tu cama. Después de los primeros 30 minutos ya has dejado atrás ese cansancio y puedes sacar faena o tomarte tiempo para tí.
Durante años me he levantado a las 7 y le daba vueltas si merecía la pena madrugar más. Después de un año te puedo decir esto: ojalá lo hubiera empezado antes.