Cuando era adolescente mi plan A era ser CEO algún día de una empresa grande y conocida.
Cuando finalicé los estudios, mi plan A era montar una start-up en España y venderla por muchos millones de euros.
Cuando vivía en España mi plan A era nunca volver a Alemania.
Ninguno de mis planes A se ha cumplido tal cuál. Aún así los planes B han tenido una magia fascinante estos últimos 20 años. Las cosas nunca salen tal como previsto pero si mantienes los ojos abiertos, haces todo lo que salga con las ganas como si fuese previsto desde el primer momento, puede que se convierta de repente en un plan A+. Tiene el potencial de ser mucho mejor de lo que inicialmente te hubieras imaginado el plan A que originalmente tuviste.