Cuando eres joven, el tema de la muerte no te preocupa por una razón muy sencilla. Estás vivo y lo sientes con cada fibra de tu cuerpo. La muerte nunca ha sido un tema que me haya interesado hasta que me he topado con estas dos personas.
Ric Elias es un joven padre de familia. Estuvo en aquel vuelo famoso que estrelló en el rio Hudson. En el día del accidente las fotos se hicieron virales a través de Twitter. Fueron tomadas y difundidas antes que pudiesen llegar los medios por un espectador que se encontró cerca del acontecimiento.
Ric Elias vivió en primera persona lo que una persona siente cuando piensa que dentro de un par de segundos su vida se habrá acabado. Es uno de esos famosos TED Talks que todo el mundo debe haber visto al menos una vez en su vida. Sobre todo si tienes hijos, no te va dejar indiferente.
Esto es un breve resumen de su charla y de las 3 lecciones que aprendió del evento que cambió de forma radical su vida.
I collect bad wines. Me gusta mucho esa frase porque expresa de forma perfecta su filosofía de vida. Todos tenemos planes que posponemos para cuando llegue el momento adecuado. Cuando tiene una botella de vino buena y la persona adecuada cerca, la abre. No hay que esperar hasta el último momento que la vida se puede acabar de un día a otro.
Ric Elias se dio cuenta de las cosas insignificantes que nos hacen sacar de quicio. Generamos energía negativa de forma innecesaria. Pagamos el mal humor con las personas que más queremos porque simplemente la confianza da asco. Hay que dejarse de tonterías y centrarse en lo que realmente importa: ser feliz.
En los últimos momentos antes de estrellar con el avión pensó en sus hijos y le entró una enorme tristeza porque quería verlos crecer. Al darse cuenta que tras caer en el rio seguía vivo decidió ser a partir de ahora ser el mejor padre del mundo porque era lo más importante para él.
Aunque tengas la suerte de vivir lo que te toqué la cosa no cambia demasiado. Típicamente todos esos planes que tenemos en muchos casos, nunca se llegan a realizar. La enfermera Bronnie Ware ha acompañado a muchos pacientes en sus últimos días y ha detectado 5 cosas que la mayoría de las personas lamentamos en el momento cuando nos damos cuenta que nos tenemos que ir.
¿Cuánto te importa lo que otros piensan de ti? Parece que la mayoría de las personas se dan cuenta al final de su vida que no han sido fieles a sus propios principios. Dejarse guiar por las expectativas de terceros y querer estar siempre a la altura puede hacer que dejemos de ser nosotros.
Mi padre siempre me dice. “No trabajes tanto que la vida pasa demasiado rápido”. Pienso que tiene razón pero es complicado asumir las consecuencias si no has vivido una experiencia como la tuvo Ric Elias.
Decirle más a menudo a tu pareja o tus padres que los quieres. Cuando ya es demasiado tarde nos damos cuenta lo poco que hemos sido capaces de abrirnos para expresar lo que sentimos por nuestros seres más queridos.
Cuanto más trabajamos, menos tiempo podemos y queremos pasar con los amigos. El día a día nos agota. Es un circulo vicioso en el que la vida profesional asfixia cada vez más el espacio personal. No siempre es cuestión de tiempo sino también es la comodidad del sofá que impide pasar más tiempo con nuestros amigos.
Muchos habían fingido durante gran parte de su vida que si lo eran. La alternativa hubiera significado tener que asumir las consecuencias. Pocos son capaces de dar un giro porque les da miedo. Temen que un cambio podría ser peor que el mal que ya conocen.
Leer este post te acaba de dar una oportunidad única. Acabas de viajar en el tiempo porque es muy probable que cuando llegues al punto final de tu vida lamentes cosas parecidas. No dejes pasar más tiempo y haz los cambios necesarios. Mañana podría ser demasiado tarde.
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