Cuando tienes día de trabajo con mucho estrés tienes que desconectar al final del día. La idea no es empezar la próxima mañana tal como acabaste por la noche. La “limpieza” de los pensamientos empieza por soltar lo que has estado haciendo durante al día. Esto es increíblemente complicado y más cuando estás tratando un tema que te preocupa y que no sabes solucionar a la primera.
La meditación puede ser una forma para liberarte. No es mi forma de hacerlo aunque debo admitir que no me lo he tomado nunca muy en serio. Si eres capaz de lograr este estado de relajación, será porque te hace sentir bien.
El estado de no pensar en mi caso lo logro únicamente a través de cansancio físico que me lleva a mis limites. Es la única forma de soltar lo que me ha preocupado durante el día para centrarme en la desconexión. Cuando estás poniendo tu cuerpo al limite la energía va a los músculos por lo que pensar o preocuparse no funciona tan bien como si estuvieras sentado en el sofá.
No todos los días lo consigo. En ocasiones no me obligo de desconectar y el resultado es que te sientes mal. El estrés te afecta. No te das cuenta pero te roba aquella energía esencial que necesitas para recuperarte y mantener un estado de ánimo positivo.
En la vida todo es equilibrio. Hay momentos en tu vida donde tienes la sensación de poder explotar cuerpo y mente sin fin. Sobre todo cuando eres joven miras en el espejo y ves a Superman que no conoce ni cansancio físico ni mental.
No te das cuenta pero todo ese desgaste se hará notar en algún momento de tu vida. Cómo estrategia de supervivencia entre semana hay que liberarse del día al menos 2 horas antes de irse a dormir. No es fácil pero esencial. Hay que cuidarse para poder levantarse cada día con fuerza y lograr jornadas altamente productivas.
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